Esta foto fue tomada unos minutos antes de romper su mandala.
Como escribía en un post anterior, uso bastante los mandalas como herramienta terapéutica. No solo favorecen la concentración y el estar presente sino que son una herramienta genial para poder conocernos en la frustración ante cada fallo, ante la posible necesidad de deshacer lo hecho para recolocar algunos hilos y seguir desde ahí (como en la vida misma).
Pues bien, en esta foto, estábamos haciendo un mandala.Cuando terminó su mandala y me lo mostró toda contenta, la felicité con entusiasmo y al cogerlo entre mis manos y querer enderezarlo levemente, lo rompí.
CATÁAASTROFE
Lidiando con todos los pensamientos que ya puedes imaginar, pedí disculpas, terminé el mío, se lo regalé y le ayudé a hacer otro.
Este hecho me ha llevado a reflexionar, entre otras cosas, sobre la necesidad de aceptar que, como seres humanos, hacemos cosas que intencionadamente o no, pueden herir a lxs otrxs. Aceptar eso sigue siendo un reto para mí, así que la vida me lo sigue poniendo por delante. Por lo que, en cierto modo, esto es también una invitación a reflexionar sobre este hecho en tu propia vida.
Y siguiendo esto… el gran tema del PERDÓN. Y cómo no, hemos de empezar, como ya sabemos, por nosotrxs mismxs. Para no extenderme mucho aquí, espero dedicar algún post a la autocompasión.
Por otro lado, lxs niñxs están acostumbradxs a modificar sus comportamientos y pedir disculpas continuamente en casa, en clase, etc. a sus “adultxs” de referencia. Pero y… lxs “adultxs”, ¿Cuántas veces lo hacemos con ellxs? ¿Cuánto miedo nos da pedir perdón?
¿Y si se dan cuenta de que sus referentes no son perfectxs?
Ojalá.
Ojalá podamos transmitir que estxs referentes no son perfectxs, sino que se equivocan, mucho de hecho. Que también tienen contradicciones. Y que reflexionan. Y que piden perdón cuando es necesario.
Aceptar todo esto aliviará nuestras tensiones y también las suyas. Estaremos dando una oportunidad tanto a ellxs como a nosotrxs para ser más autocompasivxs, más responsables, más conscientes y sobre todo más reales y auténticxs.
Y qué descanso.
Comentários